Era el menor de cuatro hijos de Mariano Filipepi, curtidor, quien deseaba que el joven Sandro (diminutivo de Alessandro) aprendiera el mismo oficio y continuara el negocio. Pero la inclinación que demostró hacia el arte, obligó a su padre a dedicarle a un oficio más en corcondancia con las aficiones del niño, logrando que ingresara como aprendiz en el obrador de un joven llamado Botticello, diminutivo italiano de la palabra "tonel" y que probablemente hiciera referencia a su obesidad, quien le adoptó y le protegió. De él deriva el apodo de Botticelli. Algunos dicen que era su propio hermano, que se dedicaba a la orfebrería.Tuvo su vida poco relieve, comparada con la de sus grandes contemporáneos. Invitado a pintar en la Capilla Sixtina, conoció a Leonardo de Vinci en el taller de Verrochio y quedó influido por Girolamo Savonarola. Los sermones apocalípticos de este monje benedictino, que predicaba contra las obras de arte pagano y propugnaba la utilización del arte como instrumento teológico, hicieron mella en Botticelli. Hasta tal punto que llegó a quemar algunas de sus obras paganas. Fue a partir de entonces cuando la obra de Botticelli sufrió un cambio radical: abandonó definitivamente los temas mitológicos y se dedicó en cuerpo y alma a la producción de obras de contenido religioso.
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